Comer vegetales de hoja verde puede que sea esencial para una buena salud intestinal. Quizás estéis pensando que esto no es nada nuevo, pero lo que sugiere una reciente investigación no tiene que ver con el tránsito.
El estudio ha descubierto que un gen conocido como T-bet es responsable de la producción de un tipo de células que ayuda a reparar el revestimiento del intestino y mantener el equilibrio entre las bacterias intestinales buenas y malas.
Los resultados aparecen publicados en Nature Immunology.
Existe un grupo de células del sistema inmune que regulan las bacterias buenas y malas, pero se desconoce cómo el cuerpo las produce
Afirma el autor principal del estudio, el Profesor Gabrielle Belz, desde el Walter and Eliza Hall Institute.
Ratones genéticamente modificados con este gen noqueado son mucho más susceptibles a las infecciones de la tripa
Las células, que son células linfoides de la inmunidad innata, vienen en muchas formas diferentes y sirven para una serie de funciones del cuerpo. Sin embargo, en este caso, los investigadores se centraron en un tipo particular de célula linfoide innata que produce una proteína de señalización inmune denominada Interleucina 22 (IL-22).
IL22 es de protección por lo que ayuda a reparar el epitelio [las células que recubren el intestino] y si el epitelio está intacto, entonces no tienden a tener problemas con la diferenciación que da pie a enfermedades como el Cáncer
Verduras como el repollo o el brócoli, ambas de la familia de las brasicáceas o crucíferas, contienen un compuesto ya conocido que desencadena indirectamente un receptor en la superficie de los linfocitos. Esta última investigación sugiere que este compuesto podría desempeñar un papel en el desarrollo y la función de estas células.
La comprensión de cómo estas células intestinales se produce y lo que afecta a su producción podría ayudar a los investigadores a comprender lo que sucede cuando este mismo sistema se viene abajo.
El estudio, realizado en ratones, podría tener implicaciones en enfermedades humanas que afectan al intestino, como la enfermedad de Crohn o incluso la obesidad.
Se ha demostrado que el microbioma del intestino influye en la capacidad de utilizar correctamente los nutrientes, por lo tanto enfermedades como la obesidad se podría controlar por este tipos de células
Concluye Belz.
Vía | ABC Science
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