La información que las compañías pueden extraer de nuestros smartphones, como la geolocalización, la aceleración y otras, no solo tienen como fin invocar al Gran Hermano, sino que también puede tener una gran utilidad para volver más eficiente la infraestructura.
Es lo que propone una herramienta puesta en marcha hace un tiempo en Boston, la llamada Street-Bump ("Bache callejero"), una aplicación que emplea el acelerómetro para trazar el mapa de los baches detectados en las calles de esa ciudad, y así poder arreglarlos con premura si son muchos los conductores que los detectan.
Tal y como lo explica Egveny Morozov en su libro La locura del solucionismo tecnológico:
A partir de una serie de algoritmos, la aplicación sabe reconocer e ignorar las tapas de alcantarilla y los badenes mientras hace un registro eficaz de los baches. Cuando al menos tres conductores informan que hay una irregularidad en un mismo punto del pavimiento, esta queda registrada como bache.
Street Bump from Connected Bits on Vimeo.
Mientras el proyecto estuvo en marcha se registraron más de 500 viajes y un total de 37.000 «saltos» en diversos baches… aunque por desgracia se no se consiguió popularizar el software ni tampoco que el ayuntamiento los arreglara. Pero el éxito o el fracaso de la herramienta resulta irrelevante, porque lo importante es que pone de manifiesto las posibilidades que tiene el Big Data unido al hecho de que siempre llevamos un smartphone encima.
El Big Data ofrece tal cantidad de información estadística que, eliminando las correlaciones espurias, se obtienen datos que de otro modo costarían miles de millones de dólares y décadas de investigación.
Por ejemplo, desde 2009, los residentes de Boston también han podido reportar baches, grafitis, y otras molestias mediante la aplicación Citizens Connect para dispositivos iPhone y Android. SeeClickFix es un servicio que está enfocado a informar sobre las cosas que andan mal en el barrio o incluso determinadas calles. Similar a SeeClickFix es FixMyStreet. También existe BlockChalk, una aplicación para iPhone para que los usuarios cuelguen notas públicas etiquetadas por dirección con los datos GPS.
Y es que tal y como señala Steven Johnson en su libro Futuro perfecto:
Cada vez somos más los que, sin prisa pero sin pausa, vamos llegando a la conclusión de que los principios básicos del diseño de la red pueden aplicarse a la solución de otros problemas, los problemas a los que se enfrentan los barrios, los artistas, las compañías farmacéuticas, las familias o los colegios.
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