El empresario filipino Illac Díaz tiene como objetivo ayudar a un millón de personas en un año y todo gracias a la ayuda de algunas botellas de plástico y a una campaña inteligente que puede hacer que vaya aún mejor.
El proyecto parece simple, llenar botellas con agua y colocarlas en los techos de las casas, permitiendo así, que la luz refractada se use para iluminar las casas durante el día, en lugar de utilizar bombillas eléctricas.
Sin embargo, lo que comenzó siendo un esfuerzo a pequeña escala en un barrio pobre de Manila se ha extendido rápidamente a lo largo de toda las Filipinas, e incluso en otras comunidades empobrecidas como Colombia, India y Vanuatu.
Y no solo eso, sino también ha ganado elogios de las Naciones Unidas, que llevará el proyecto a la próxima cumbre sobre cambio climático en África del Sur para mostrar a los líderes del mundo como las “botellas de luz solar“ están ayudando a combatir el calentamiento global.
Nuestra idea original era un pequeño proyecto en Filipinas. No pensábamos que fuera a ser posible hacerlo a gran escala
Afirmaba Illac Díaz.
Todo lo necesario es una botella de plástico en desuso, se llena con agua y una pequeña cantidad de cloro para detener cualquier crecimiento de bacterias. Se coloca dentro de un agujero en el techo y se cierra de manera que la lluvia no se pueda filtrar. Cuando la luz pasa a través de la botella, se refracta y se distribuye por la habitación en todas las direcciones.
Más de 15.000 botellas de la luz solar se han instalado en los barrios pobres alrededor de la capital de Filipinas este año y el proyecto sigue con, al menos, otras 10.000.
Díaz describió el concepto de la botella como lo contrario al modelo de Al Gore, el cual dijo que los países pobres requieren importar o desarrollar energías limpias como molinos de viento y paneles solares. Tal como dijo Díaz:
Estas energías son caras y no mucha gente se beneficia de ellas. Así que en lugar de ir a por las altas tecnologías de alta especialidad, ¿por qué no ir con algo que se pudiera hacer a mano y a un precio bajo, que fuera replicado miles o millones de veces? Esta solución puede llegar a más personas y así ahorrar emisiones de carbono
Illac Díaz confirmó que cada botella de luz solar salva 17 kg menos de dióxido de carbono cada año en comparación con una bombilla de luz eléctrica.
Si usted multiplica eso por un millón de botellas, se ahorrará más carbono que en un molino de viento que cuesta más ejecutar
En la comunidad de San Pedro a las afueras de Manila, donde se inició el proyecto, los residentes no piensan en el Medio Ambiente sino en la luz extra que puedan disfrutar durante el día sin tener que usar una bombilla eléctrica.
Vía | Physorg.com