Desde la invención del papel en China en 105 Anno Domini, hemos utilizado este medio para comunicarnos y transmitir nuestros conocimientos de generación en generación. Durante unos 2000 años, el papel ha sido la única forma de mostrar texto e imágenes a los demás. Ni siquiera la llegada de los ordenadores ha conseguido desbancar al papel a la hora de escribir y leer. La autonomía del papel y su económico precio hacen de él un buen medio, no obstante también tiene sus limitaciones: tenemos que cargar con muchos libros para llevar ingentes cantidades de información y una vez que las palabras se han impreso en el papel, es incómodo modificarlas.
Hoy veremos cómo funciona la tecnología que está cambiando el mundo de los libros tal y como lo conocemos. Me refiero a los E-Book y a la revolucionaria tinta electrónica. Veamos de qué está compuesta.
Aunque actualmente existen dos compañías que generan tinta electrónica, y cada una la desarrolla de forma diferente, hay una serie de fundamentos físicos que comparten entre sí. Los tres componentes fundamentales son:
- Millones de microcápsulas.
- Tinta o una substancia que rellene estas microcápsulas.
- Cargas negativas de color blanco flotando dentro de la microcápsula.
La idea consiste en rellenar la pantalla donde se muestre la información con estas microcápsulas. Podemos verlo como los píxeles que forman la pantalla del ordenador. Cada uno de los píxeles será una microcápsula. Si conseguimos cambiar de forma indepediente el color de cada una de esas microcápsulas, podremos crear patrones que el lector podrá reconocer.
Para ello necesitamos conectar cada una de estas cápsulas a un microcircuito electrónico, e intentar actuar sobre él para modificar el color de nuestra bola de tinta. ¿Pero cómo lo hacemos?
Vamos a imaginar que estas microcápsulas tienen el tamaño de una pelota de playa transparente. Como hemos dicho, la pelota estará rellena de tinta, y flotando en su interior se encontrarán las cargas negativas de color blanco, que podemos ver como bolas de ping-pong. De esta forma tenemos una bola de playa rellena de tinta negra y con algunas pelotas de ping-pong en su interior.
Si miramos la pelota desde arriba, veríamos la pelota de color blanco, ya que las pelotas de ping-pong estarían flotando sobre la superficie de la tinta. Sin embargo, si la mirásemos desde abajo, la pelota de playa parecería de color negro. Colocando millones de estos “pixeles” de playa sobre una superficie, si nos alejamos una cierta distancia, y hacemos que los puntos blancos de ping-pong se coloquen en la superficie o en la parte de inferior de cada una de las pelotas de playa, podremos componer diferentes patrones.
La pregunta es, ¿cómo podemos colocar las pelotas de ping pong en la superficie o en el interior en cada una de los pixels? Si aplicamos un campo eléctrico a las microcápsulas, las partículas negativas (nuestras pelotas de ping-pong) se desplazarán hacia arriba o hacia abajo en función de la polaridad del campo. Cuando las cargas positivas se desplacen hacia la superficie, el pixel se verá blanco y cuando se desplacen hacia abajo se verá de color negro.
En las siguientes imágenes de la empresa E Ink, se muestra estre proceso: