Comer bombones es un placer culpable: están deliciosos pero también tienen un gran aporte calórico. Sin embargo, existen los bombones digitales: experiencia sensorial sin ingerir nada en realidad.
Es el caso de Muziekbonbon.
¿Qué es un sabor digital?
En realidad, el funcionamiento del bombón digital es muy sencillo: basta con introducirse el bombón (dispositivo) en la boca, y en él se ha insertado un cable. Cuando se muerde, en realidad mordemos una tira piezoeléctrica (que vibra cuando es atravesada por una corriente eléctrica) que hay en el interior del bombón.
Entonces el consumidor puede oír el tenue sonido por inducción ósea de un piano que nos resuena en la mandíbula y llega hasta el oído interno. En realidad, no quita el hambre: solo aporta una experiencia sensorial.
Es decir, que un bombón digital no sabe a nada en realidad. De hecho, llamarlo bombón es solo una concesión. Ni siquiera se comercializa, sino que se administra en algunos eventos, como uno celebrado por la pianista holandesa Karin van der Veen, en los Países Bajos.
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