Si se colocara en el espacio una lente gigante, del tamaño de la tierra, y se enfocara toda la luz del sol en un grano de arena, esa sería más o menos la intensidad que se logra con el nuevo láser construido en la Universidad de Michigan, Estados Unidos. El pulso del láser dura unos 30 femtosegundos (un femtosegundo es la milmillonésima parte de un segundo.) Estas emisiones tan intensas podrían ayudar a los científicos a desarrollar mejores tratamientos contra el cáncer, por ejemplo.
El láser posee una intensidad de 20 mil millones de billones (20.1021) de Watts por centímetro cuadrado, conteniendo 300 Terawatts de potencia en total; eso es 300 veces más potencia que la de la entera red eléctrica de Estados Unidos. Toda la potencia del haz está concentrada en un diámetro de 1,3 micrones, aproximadamente cien veces más pequeño que un cabello humano. Según los investigadores este láser es 2 órdenes de magnitud más intenso que cualquier otro en el mundo.
Dentro de otras ventajas, este láser puede producir el haz una vez cada 10 segundos, mientras que otros dispositivos similares sólo una vez cada algunas horas. "Podemos obtener una potencia tan elevada colocando una pequeña cantidad de energía en un pequeño, muy pequeño intervalo de tiempo," dijo Yanovsky, uno de los investigadores. "Estamos almacenando energía y liberándola en una fracción microscópica de tiempo." Para obtener valores tan elevados, el equipo agregó otro amplificador al sistema de láser HERCULES, que funcionaba previamente a 50 terawatts.
El HERCULES es un láser de titanio-safiro que ocupa varios cuartos en el Centro para Óptica Ultra Rápida, de la Universidad de Michigan. La luz que se le introduce rebota en una serie de espejos y otros elementos ópticos, como si fuera un Pinball, aumentando así su energía y enfocándose cada vez más a lo largo de su camino. Además de aplicaciones médicas, láseres tan intensos como este pueden expandir las fronteras de la ciencia, al permitir "hervir el vacío": según algunos físicos, sería posible generar materia a partir del vacío al enfocar un haz lo suficientemente intenso, como el del nuevo láser. También permitiría explorar nuevas técnicas de fusión, es decir la unión de átomos de poca masa para generar otros más pesados.
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