El mundo de la impresión 3D parece muy prometedor, y ya no solo se obtienen piezas de plástico, sino también comida e incluso órganos funcionales. Sin embargo, cuando te pones delante de una impresora 3D normal en funcionamiento, descubres que lo más llamativo de todo es su tremenda lentitud.
Esto puede cambiar en breve gracias al desarrollo de CLIP (Continuous Liquid Interface Production), un proyecto de un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. En vez de imprimirse la pieza capa por capa, CLIP «cultiva» a la pieza utilizando luz ultravioleta y un medio líquido. Además este proceso sería 25 veces más rápido que el tradicional.
¿Cómo funciona? Podéis echar un ojo a los dos vídeos que acompañan esta entrada, y también a la explicación que ofrecen desde NeoTeo:
La impresora 3D posee una bandeja repleta de resina líquida. En la parte inferior, una membrana permite el paso de oxígeno y luz ultravioleta. El oxígeno bloquea el proceso normal de curado en la resina, generando así una zona muerta que nunca se endurece. Acto seguido, la luz ultravioleta comienza a reproducir la pieza (dividida en secciones) apenas por encima de la zona muerta, al mismo tiempo que un brazo especial eleva la impresión, retirándola lentamente de la resina.
Vía | NeoTeo
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