Como si se tratara de uno de los inventos del profesor Franz de Copenhague, uno de esos ingenios aparatosos e innecesariamente complejos que en el fondo ejecutan una acción muy simple, el reloj que podéis ver en el vídeo que encabeza esta entrada da la hora de una forma ciertamente improductiva. En primer lugar, el reloj es de madera. En segundo, tiene 400 componentes. Y, finalmente, debe escribir la hora, borrarla y volverla a escribir sobre una pizarra magnética.
Este proceso lo realiza una vez por minuto. Al parecer, el reloj es fruto del trabajo de fin de grado de un estudiante japonés, Suzuki Kanware, de la Universidad de Arte y Diseño de Tōhoku. Lo retro, lo vintage y lo aparatoso vuelve. Que se lo digan a esta réplica china de Titanic.
Vía | Gizmodo
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