El universo de los objetos mercables lujosos, exclusivos, caros o aparatosos siempre han tenido su público, esencialmente los adinerados o los que tratan de fingir que pertenecen a ese estrato social, como todo lo que se vende en este tienda en la que, al salir, la media de gasto es 100.000 dólares. El mundo de los relojes es particularmente propicio para ello.
La razón es que todo el mundo puede acceder a un reloj. Incluso puede vivir sin reloj y enterarse de la hora a través de todos los relojes que nos rodean. Adquirir un reloj para distinguirse de la pleble, pues, tiene que perseguir algo mucho más lejano que consultar la hora. Es el caso del reloj que podéis ver en el vídeo que encabeza esta entrada: **es uno de los más complejos que existen*, y cuando contempléis cómo se construye, sabréis por qué.
El Patek Philippe Grandmaster Chime Ref. 5175 cuesta dos millones de dólares, nada menos. Y está formado por 1366 piezas, a las que hay que añadir otras 214 de la caja. Al parecer, solo se han fabricado siete unidades. Más exclusivo, imposible.
Ahora bien, si lo que buscáis precisión, entonces deberéis decantaros por NPL-CsF2, el reloj más preciso del mundo, sólo atrasa un segundo cada 138 millones de años.
Vía | Microsiervos
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