El smartphone solo es una transición hacia el Yo/Contexto

Resulta difícil enumerar todos los cambios tecnológicos, sociológicos y hasta psicológicos que ha supuesto la entrada en el mercado de consumo de masas del smartphone, que no deja de ser un ordenador miniaturizado provisto de geolocalización, acelerómetro, cámaras, micrófono y WiFi, entre otras tecnologías.

Pero aún resulta más difícil de imaginar que el smartphone, una tecnología tan nueva, parece que sea solo un transito fugaz hacia un nueva forma de interacción con los demás. Es al menos lo que opina el experto Jeff Jarvis en su libro El fin de los medios de comunicación de masas.

Según Jarvis, la mayoría de usos que hoy en día le damos al smartphone o las tablets es sentados desde una silla, quietos en un sitio, en el despacho, en la cama, cuando estamos aburridos. En realidad no dejan de ser ordenadores transportables, pero no verdaderos móviles.

Las Google Glass y el Smart Watch se aproxima un poco más a lo que está por venir. Pero todavía son tecnologías en desarrollo. El futuro es hablar al aire, haciendo preguntas y obteniendo respuestas sin usar el dispositivo, sin tener que teclear, sin tener que acudir a un sitio web concreto. El futuro es una interacción entre el Yo y el Contexto: saber quién eres, dónde estás, adónde vas, qué compras, etc.

Los dispositivos móviles proporcionan esas señales, ese contexto, y ésa es la razón por la cual Google ha entrado en el negocio de la telefonía, para saber más de cada uno de nosotros y poder servirnos como individuos. Por supuesto, este conocimiento plantea problemas de privacidad que tienen que ser afrontados por las empresas que recopilan nuestras señales y, sin duda, por el Gobierno, tras las filtraciones de Edward Snowden sobre la captación de datos de todos nosotros por parte de la NSA.

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Si en 2011 había 500 millones de teléfonos móviles en África y 15 millones de smartphones, en 2015 se estima que haya más de 700 millones de teléfonos móviles y 127 millones de smartphones. También en países en vías de desarrollo, pues, acabará por cristalizar este nuevo tipo de interacción con internet y la realidad.

Para sintetizar su idea, Jarvis emplea el neologismo publificación, que define como sigue: el acto o el hecho de compartir información, pensamientos o acciones; el hecho de reunir a personas o de reunirse en torno a personas, ideas, causas o necesidades.

Dado que los medios de comunicación elaboramos nuevas técnicas en torno a las relaciones, en primer lugar debemos dejar de ver a las personas como masa. Tenemos que conocerlas y, a continuación, servirlas como individuos y comunidades.