Uno de los principales problemas medioambientales en las grandes capitales europeas son las emisiones debidas al tráfico de vehículos.
Según el Ayuntamiento de Madrid, el transporte por carretera es responsable de más de las emisiones de CO2, el 75% de las emisiones de NOx, el 90% de las emisiones de CO, y el 30% de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles.
Actualmente, el INSIA (Instituto Universitario de Investigación del Automóvil, centro perteneciente la Universidad Politécnica Madrid) con el apoyo de CEMUSA, ha venido desarrollando un vehículo híbrido en el que, con diversas configuraciones de aporte de energía, se consigue que al menos dos de las fuentes sea de las conocidas como “renovables”.
Un vehículo eléctrico híbrido (VEH) es un vehículo en el que al menos una de las fuentes de energía, almacenamiento o conversión puede entregar energía eléctrica. Los VEH dan solución al compromiso del problema de contaminación medioambiental y al de capacidad de autonomía limitada de los actuales vehículos puramente eléctricos.
A diferencia del vehículo híbrido clásico, en el que hay baterías eléctricas en conjunción con el motor térmico tradicional (sólo una fuente de energía eléctrica); en este nuevo planteamiento nos encontramos con al menos dos de las fuentes de energía capaces de suministrar energía eléctrica. Tendríamos por tanto, baterías (sistemas de almacenamiento), pila de combustible de hidrógeno (que aporta energía) y el motor eléctrico.
El diseño incluye diversas configuraciones, tales como serie, paralelo y mixta. Dispone además de paneles solares como fuente de energía, así como de freno regenerativo.
Entre sus posibles aplicaciones se barajan la de vehículo urbano para zonas peatonales y de velocidad reducida, recintos feriales, vehículos de mantenimiento para parques y jardines y para personas con movilidad reducida.
Tienen más autonomía que los vehículos exclusivamente eléctricos y reducen a un mismo tiempo el ruido y las emisiones de gases contaminantes.
VíA: Proyecto EPISOL