Vivimos una época de correción política y mansurronería que no solo extiende sus tentáculos hacia las acciones, sino las palabras que las apoyan. Por eso es tan importante que no pronunciemos palabras que se consideran netamente ofensivas, cuando la ofensa nunca puede provenir de una palabra, sino de la intención con que la pronunciamos: yo puedo llamar "mongol" amistosamente a un colega, o genio a un desconocido en un tono despectivo; pero solo se me censurará la primera palabra, no la segunda.
Eso es lo que Apple ha patentado para no ensuciar los oídos de las personas que se la cogen con papel de fumar: un dispositivo automático que censura palabras inadecuadas en las canciones.
Esta patente registrada a finales del año 2014 detecta palabrotas y las reemplaza por pitidos o frases adaptadas a todos los públicos. El sistema también podría censurar audiolibros, como antaño se censuraron obras como Las aventuras de Huckleberry Finn o Lolita.
De momento, es solo una patente y no significa que se haga realidad.
Pero recordemos que en muchos canales de televisión ya se usan pitidos para enmascarar palabrotas y en Estados Unidos se usa el eufemismo hasta la náusea (oh, my Gosh por oh, my God, por ejemplo), así que no es tan extraño que un buen número de padres se conviertan en fieles clientes de estos sistemas (aunque asociar la pureza de la lengua con la pureza del pensamiento solo sea un mito).
Vía | Business Inside
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