Éstas son las herramientas geek que usa el Partido Pirata

Hace tiempo abordamos por aquí el funcionamiento de la democracia líquida, que muy simplificadamente consiste en llevar a cabo referéndums sobre toda clase de cosas y usar la arquitectura de internet para delegar tu voto a los expertos que consideras más competentes (a no ser que te consideres a ti mismo como competente).

Esta forma de operar está en el programa del Partido Pirata sueco, que incluso ha conseguido escaños en el Parlamento Europeo. Pero no es la única iniciativa digital rompedora que llevan a cabo: conscientes de que el STEM es el futuro de la humanidad, también se valen de herramientas 2.0 para mejorar su organización interna y su relación con su electorado.

PiratePad

El Partido Pirata alemán, por ejemplo, usa una herramienta llamada PiratePad, cuyo propósito es mejorar los flujos de información dentro del partido. Además de chats, wikis y listas de correo, PiratePad añade un editor de texto colaborativo que permite que cientos de personas editen simultáneamente un texto.

De este modo, a la hora de diseñar los afiches de una campaña, por ejemplo, los propios afiliados participan colaborativamente en ello.

Twitter

A través de Twitter le toman el pulso a la ciudadanía, y también toman tuits de sus miembros o militantes para, más tarde, formar eslóganes para las campañas.

LiquidFeedback

La LiquidFeedback (retroalimentación líquida) permite al partido conocer la opinión de sus miembros sobre las cuestiones del día a día. Cualquier miembro del partido, bajo seudónimo, accede al programa y añade una propuesta. Si hay más de un 10% de miembros que se interesan por la propuesta, ésta pasa al próximo nivel, en el que se puede votar a favor o en contra.

Cuando el tema en cuestión se desconoce por parte de algunos miembros, entonces entra en funcionamiento la democracia líquida, y se delega el voto para que los expertos acumulen poder en la decisión final. Para que el acumulador de votos no abuse de su poder, los votos emitidos pueden devolverse a sus emisores en cualquier momento (antes de que se tome la decisión en firme).

El Partido Pirata todavía es una formación política muy inmadura, y la mayor parte de sus intereses no pasan de los asuntos digitales y los problemas del copyright y la cultura libre, pero algunas de sus ideas organizativas son meritorias, tal y como señala el por otro lado muy crítico Evgeny Morozov en su libro La locura del solucionismo tecnológico:

A pesar de su ingenuidad y su fe en el software, los piratas merecen un reconocimiento por no haber perdido por completo su fe en la política. Tal vez no sean los líderes mundiales de la democracia representativa, pero, al menos, están dispuestos a comprometerse con los rituales de la política: hacer campaña, someterse a elecciones e impulsar distintas leyes.

Imágenes | Pixabay

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