Los dientes y los tallos de bambú no parecen demasiado duros en comparación con una barra de acero, pero una serie de experimentos está intentando conseguir que los metales imiten las propiedades físicas de estos materiales para mejorar su resistencia.
Un equipo de químicos de China y de EE.UU. ha fabricado acero con una microestructura especial inspirada en las propiedades físicas de los dientes y del bambú. El material resultante resulta más flexible y capaz de aguantar más estrés que el acero convencional. El acero debe ser capaz de aguantar una gran cantidad de estrés y de ceder un poco cuando se encuentra cerca de su límite de esfuerzo.
El nuevo acero se compone en su superficie por granos de 96 nanómetros de ancho, aproximadamente 1.000 veces más delgado que una hoja de papel. Cuanto más profundizamos en el metal los granos se hacen más grandes.
Los pequeños granos de la superficie confieren al metal su dureza, mientras que los granos más grandes del interior dan flexibilidad al acero. El gradiente de tamaño produce la resistencia frente al estrés el clima y el uso.
Éste no es el único metal con un gradiente de partículas, en los últimos tiempos se ha ensayado con cobre y acero inoxidable, consiguiendo materiales más flexibles y con gran resistencia.
Vía | NC State University
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