Una de las tramas de ciencia ficción que, a priori, más me seduce es el de la humanidad topándose con una especie de enciclopedia galáctica o reservorio de conocimientos extraterrestres en el que poder bucear caprichosamente. Tal vez la saga de novelas que mejor explota este concepto sea Pórtico. En el cine, la primera película que recuerdo en la que se habla de algo parecido es Planeta prohibido. En Contact de Carl Sagan, son los propios extraterrestres los que nos envían el libro de instrucciones para construir un transporte espacial.
Pero si fuera otra especie la que quisiera ahondar en nuestra enciclopedia de conocimientos universal, ¿con qué se encontraría? Lo primero es que sólo el 0,007% de la información del planeta está en papel.
Un estudio publicado recientemente por la revista Sciencie trató de calcular la capacidad total de almacenar información que tiene en la actualidad la humanidad. Los resultados son llamativos: si sumamos todos los soportes para almacenar información se obtiene un equivalente a que cada ser humano de la Tierra poseyera 162 bibliotecas de Alejandría enteras.
El profesor de la Universidad del Sur de California Martin Hilbert, responsable del estudio junto a Priscila López, de la Universitat Oberta de Catalunya:
Creo que es apropiado decir que hoy en día, en 2011, habrá unos 600 exabytes de datos almacenados en el mundo.
En 2007, la capacidad era de 295 trillones de bytes óptimamente comprimidos. Las personas compartieron 65 exabytes de información en 2007 por medio de sistemas de comunicación de doble vía como teléfonos móviles, una cantidad equivalente a que cada persona en el mundo comunicara diariamente el contenido de seis periódicos.
Para poner uno de esos números en perspectiva, si esos 295 exabytes de información almacenada fueran guardados en CD-ROMs, la pila de CDs llegaría de la Tierra hasta más allá de la Luna.
Un exabyte, un trillón de bytes, es como la capacidad de un millón de ordenadores de sobremesa actuales.
Parecen cifras desorbitadas, pero lo cierto es que todavía almacenamos una pequeña fracción de toda la información que emitimos. Frente a los 295 exabytes que se atesoraban en 2007, se comunicaban 1.960 exabytes entre todos los humanos y máquinas del planeta.
La mayoría de la información no se guarda, pero nuestros depósitos crecen constantemente en relación a la comunicación. La capacidad de archivo ha crecido mucho más rápido.
La capacidad mundial para la telecomunicación bidireccional (Internet o teléfono) entre 1986 y 2007 creció un 28 % por año, mientras que la capacidad para la difusión de información unidireccional a través de canales de transmisión como la televisión y la radio creció un 6 % anual.
Sin embargo, esta cantidad de información es todavía más pequeña que el número de bits almacenados en todas las moléculas de ADN de un solo adulto humano.
Tal vez pronto toda nuestra información quede bien almacenada y archivada, disponible para cualquier especie alienígena. Aunque gran parte de ella no creo que le resultara demasiado interesante.
Vía | Público