A pesar de las grasas que consumen, los inuit no tienen problemas cardiovasculares

Los inuit viven desconectados del mundanal ruido. No beben alcohol. Su idioma pertenece a las lenguas de la familia esquimo-aleutiana, que se relacionan entre sí pero nunca con otro idioma del mundo. El idioma inuit, que también se conoce como inupiaq o inuktitut, cuenta solo con tres vocales y carece de adjetivos.

Los inuit comen ojos de caribú, tanto crudos como cocinados. O la membrana estomacal de un caribú. O incluso los contenidos del estómago, que es musgo y liquen a medio digerir por el animal. Diariamente ingieren carne y grasas poliinsaturadas y, sin embargo, los inuit no tienen problemas cardiovasculares. Una nueva investigación sugiere que ello es posible gracias a su ADN.

Un equipo internacional de investigadores, liderado por Universidad de California en Berkeley, ha analizado el genoma de 191 groenlandeses y ha llegado a la conclusión de que los inuit y sus ancestros siberianos tienen mutaciones especiales en los genes relacionados con el metabolismo de la grasa. Tal y como explica Rasmus Nielsen, profesor de Biología Integrativa en la universidad estadounidense y autor del estudio que publica Science:

Los inuit poseen adaptaciones genéticas únicas que no se pueden extrapolar a otras poblaciones. Puede que para ellos sea beneficioso ingerir tal cantidad de ácidos grasos omega 3, pero eso no quiere decir que lo sea para el resto.

Nielsen resalta que esta es la primera evidencia de que las poblaciones humanas están adaptadas a dietas particulares. Estas mutaciones parecen tener al menos 20.000 años de antigüedad y pueden haber ayudado a muchos grupos humanos a adaptarse a dietas altas en carne y grasa.

Vía | Sinc
Imagen | BiblioArchives / LibraryArchives

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