Siempre que se habla de evolución se menciona la selección natural como el medio por el cual las especies adoptan los cambios ventajosos para su desarrollo, y descartan aquéllos que no sirven para mejorar globalmente. Se habla, por tanto, de evolución pasiva, pues el "sujeto" que la hace posible es la naturaleza, y no el individuo particular de la especie. Este concepto puede cambiar (o, al menos, evolucionar) gracias a un estudio que sugiere que la personalidad de individuos puede guiar de alguna manera el curso de la evolución. Entendamos por personalidad no el sentido humano de la palabra, sino las características singulares de un individuo dentro de una especie (por ejemplo, ser más agresivo, más tranquilo, más trabajador o más vago). Esta personalidad puede determinar que ciertos individuos y sus familiares más directos cambien sus hábitos e incluso sus hábitats de acuerdo con el patrón (original) que marca este "lider", y llevar, posiblemente, a su familia por una nueva rama de la evolución estándar.
Claro que esto es un estudio y habla de largo plazo para que la selección natural diferencie en dos subespecies o especies diferentes a una misma especie base. Ni siquiera asegura que esto suceda asi, sino que las diferentes elecciones conscientes de los individuos puede mover ficha de la selección natural en diferentes direcciones. Como ejemplo ponen el de la Sialia Mexicana.
Los ejemplares más agresivos se irían de los bosques para construir los nidos en las praderas, mientras que los más tranquilos se quedarían el los bosques. Los primeros deberían modificar sus hábitos, pues conseguir comida en esas condiciones es más dificil que en las copas de los árboles, donde sólo tienen que desplazarse pocos metros para encontrar montones de insectos y comida en general. Sería esta modificación en los hábitos, motivada por la diferente personalidad del individuo, la que podría con tiempo suficiente bifurcar la evolución dentro de una misma especia.
Vía | Science Now
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