Uno de los principales problemas para explicar y predecir las consecuencias del efecto invernadero es la cantidad de efectos implicados que se realimentan entre si. Para empezar, el CO2 no es el único gas que contribuye al efecto invernadero. Y hay otros factores importantes como la reflectividad de la superficie, que depende de la cantidad de hielo y nieve, o la presencia de partículas que bloqueen la luz solar en la atmósfera. De entre ellos, el más importante gira alrededor del vapor de agua.
La atmósfera contiene vapor de agua que bloquea los rayos infrarrojos y actúa aumentando el efecto invernadero al igual que el CO2. Y el aumento de la temperatura aumenta la evaporación y la cantidad de vapor de agua en la atmósfera. Sin embargo, una vez que se condensa en forma de nube, refleja una parte importante de la radiación solar incidente lo que tiende a disminuir la temperatura.
¿Cuál de los dos efectos es más importante ahora? ¿Y cual será más importante a medida que vayan aumentando las temperaturas? Lo cierto es que no esta totalmente claro y esto es un problema importante cuando se intenta modelar y predecir el clima de las próximas décadas. El efecto del vapor de agua es una de las incertidumbres más importantes.
La mayoría de los modelos supone que el efecto neto sera una reducción de la temperatura basada en la radiación reflejada por el aumento de las nubes. Pero algunos estudios más sensibles sugieren que puede producirse una realimentación positiva, con el vapor aumentando el efecto invernadero, lo que generaría aun más vapor y aumentaría el problema. De momento, la respuesta sigue, literalmente, en el aire.
Vía | Real Climate