No solo los conductores y excursionistas utilizan el G.P.S. para guiarse. Muchos satélites confían en sus señales para identificar su posición con precisión. Y si algo, o alguien, interfiere con estas señales o destruye los satélites de posicionamiento, una muy costosa pieza de tecnología podría quedar anulada. Los satélites no podrían orientarse y con el tiempo perderían altitud y caerían a la Tierra.
El ejercito norteamericano esta pensando en una alternativa elegante y sofisticada para evitarlo. Utilizar las potentes emisiones de rayos X de los púlsares para permitir la orientación de los satélites. Cada púlsar emite una señal única con una frecuencia característica. Identificando la posición de varios de ellos una nave podría determinar con facilidad su posición en cualquier punto no solo de la órbita terrestre, sino también de todo el sistema solar.
Para los militares hay una ventaja adicional. Aunque las señales son relativamente débiles es muy difícil interferirlas. Seria necesario utilizar un potente emisor de rayos X para ello, algo nada sencillo de construir. En cambio, es mucho más fácil perturbar o interferir una señal de radio o luz láser, ya que se dispone de emisores potentes en estas frecuencias.
En estos momentos se están probando los sensores necesarios para ello. En septiembre se decidirá si interesa continuar con el proyecto. En caso afirmativo se confiar en probar los elementos del sistema en la Estación Espacial Internacional alrededor del año 2009.
Vía | New Scientist
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