Según un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications, la razón principal por la cual somos el único grupo humano que queda en el planeta probablemente sea porque propagamos enfermedades que mataron al resto, como es el caso de los neandertales.
Empleando modelos matemáticos de transmisión de enfermedades y flujo de genes, se sugiere así cómo las enfermedades únicas que albergaban los neandertales y los humanos modernos podrían haber creado una barrera invisible para las enfermedades que desanimaba las incursiones en territorio enemigo. Irónicamente, lo que pudo haber roto el estancamiento y finalmente permitió que nuestros antepasados suplantaran a los neandertales fue la unión de nuestras dos especies a través del mestizaje.
Neandertales
Cuando los humanos modernos adquirieron suficiente inmunidad para poder aventurarse más allá del Levante y profundizar en el territorio neandertal con pocas consecuencias para la salud, junto a las armás más mortales o las estructuras sociales más sofisticadas, los nenandertales entraron en riesgo de extinción.
Muchas enfermedades que los humanos pudieron transmitir a los neandertales, como la tuberculosis, las úlceras de estómago o algunos tipos de herpes, son males crónicos que debilitaron a nuestros primos evolutivos y quizá contribuyeron a su desaparición.
Nuestros ancestros, por el contrario, parecen haberse beneficiado en parte del contacto con los neandertales: si bien quedaron expuestos a las enfermedades que estos últimos desarrollaban, los humanos modernos acabaron sumando a su ADN ciertos elementos que, con el tiempo, les protegieron, por ejemplo, de ciertas formas de encefalitis y septicemia.
Para comprender por qué los humanos modernos reemplazaron a los neandertales y no al revés, los investigadores del citado estudio modelaron lo que sucedería si el conjunto de enfermedades tropicales que albergaron nuestros antepasados fueran más mortales o más numerosas que las llevadas por los neandertales.
Según indica el coautor del estudio, Noah Rosenberg, profesor de Genética de Poblaciones y Sociedad en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de Stantford:
La hipótesis es que la carga de enfermedad de los trópicos era mayor que la carga de enfermedad en las regiones templadas. Una asimetría de la carga de enfermedad en la zona de contacto podría haber favorecido a los humanos modernos, que llegaron allí desde los trópicos. Podría ser que cuando los humanos modernos se libraron casi por completo de la carga adicional de las enfermedades de los neandertales, los neandertales aún eran muy vulnerables a las enfermedades humanas modernas.
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