Corre por ahí la creencia popular de que entre los holandeses están los individuos más altos del mundo, quizá porque deben mantener la cabeza fuera del agua: el punto más bajo de Holanda tiene 6,74 metros bajo el nivel del mar. Pero el investigador Randal S. Olson no sólo ha pretendido esclarecer si el mito es cierto (el de que son altos, no el que son altos para no ahogarse), sino la razón de que el pueblo holandés sea tan alto.
En primer lugar, para certificar que verdaderamente los holandeses son de talla considerable y otorgar al dato una perspectiva histórica, Olson muestra la siguiente tabla publicada Figshare, trazando la altura masculina media para varios países entre 1820 y 2013 más abajo (actualmente, los holandeses miden 1,85 metros frente al 1,76 de los estadounidenses, por ejemplo).
Afortundamente, se cuentan con datos fiables de alturas porque los ejércitos de muchos de estos países han ido apuntando meticulosamente la altura de los nuevos reclutas. Como ello no es una muestra representativa de la población, Olson también recurrió a otras fuentes diversas. Para salvar las lagunas de datos, Olson extrapoló algunas cifras.
La revelación más sorprendente es que los holandeses se convirtieron en los europeos más altos en la década de 1980. Antes de eso, los holandeses eran tirando a bajitos, en comparación con otras naciones: apenas 1,65 metros. El cambio gradual empieza a percibirse a partir de 1850. ¿Qué es lo que pasó en aquellas fechas?
Una teoría al respecto tiene que ver con el reparto de la riqueza. La buena alimentación es crucial para obtener una buena estatura, pero antes la riqueza sólo estaba en manos de una élite aritocrática. Holanda, sin embargo, se caracterizó por un reparto equitativo de los recursos, lo que se tradujo en que la mayoría de la población tuvo acceso a una alimentación sana.
Vía | Randy S. Olson
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