Según un nuevo análisis de los datos existentes que representa un nuevo hito en la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI), menos del 0,04% de los sistemas estelares tienen el potencial de albergar civilizaciones avanzadas con la tecnología de radio equivalente o ligeramente más avanzada que los humanos del siglo XXI.
Un equipo de investigación colaborativa de la Universidad de Manchester ha descubierto un avance analítico que ha ampliado drásticamente la búsqueda de vida extraterrestre de 1.400 estrellas a 280.000, aumentando el número de estrellas analizadas en un factor de más de 200.
Solo vida inteligente
Este nuevo análisis, pues, solo podría localizar civilizaciones inteligentes y técnicamente avanzadas que utilizan ondas de radio como forma de comunicación; por ejemplo, no pudieron detectar vida "simple" o civilizaciones no técnicas.
Según el líder del estudio, Michael Garrett, de la Universidad de Manchester en el Reino Unido, Revisando el catálogo elaborado por la nave espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), se seleccionaron estrellas a distancias mucho mayores (hasta unos 33.000 años luz) que la muestra original de estrellas cercanas, pudiendo expandir el número de estrellas estudiadas de 1.327 a 288.315:
Ahora sabemos que menos de una de cada 1600 estrellas más cercanas que unos 330 años luz albergan transmisores unas pocas veces más potentes que el radar más potente que tenemos aquí en la Tierra. Los mundos habitados con transmisores mucho más potentes de los que podemos producir actualmente deben ser más raros todavía.
Además, la muestra ampliada incluye no solo una amplia gama de estrellas de la secuencia principal, sino también numerosas estrellas gigantes y enanas blancas.
La escala de Kardashov es un método para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización, propuesto en 1964 por el astrofísico ruso Nikolái Kardashov. Tiene tres categorías, llamadas Tipo I, II y III, basadas en la cantidad de energía que una civilización es capaz de utilizar de su entorno. En términos generales, una civilización de Tipo I ha logrado el dominio de los recursos de su planeta de origen, Tipo II de su sistema planetario, y Tipo III de su galaxia. Sin embargo, quizá las cosas no funcionan así: debido a que no podemos entender a las civilizaciones avanzadas, tal y como se critica en Evolving the Alien: The Science of Extraterrestrial Life, del biólogo Jack Cohen y el matemático Ian Stewart.
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