Se define la línea de Kármán como el límite entre atmósfera y espacio exterior, a efectos de aviación y astronáutica. Su altura fue estimada en 100 km sobre el nivel del mar por Theodore von Kármán, calculando la altura a la que la densidad de la atmósfera se vuelve tan baja que la velocidad de una aeronave para conseguir sustentación aerodinámica mediante alas y hélices debería ser equiparable a la velocidad orbital para esa misma altura.
Es decir, que es una definición subjetiva y pragmática, pero no real. La atmósfera va mucho más allá. De hecho, llega más allá que la Luna.
Densidad de hidrógeno
Nuestra atmósfera se extiende más allá de la órbita lunar en forma de nube de átomos de hidrógeno (llamada geocorona), hasta alcanzar dos veces la distancia a nuestro satélite natural. No es una nube muy densa, pero existe: solo 70 átomos por centímetro cúbico a 60.000 kilómetros de la superficie terrestre, y unos 0,2 átomos a la distancia de la Luna.
Es decir, que la capa de gas que envuelve la Tierra tiene un radio de 630.000 kilómetros, 50 veces el diámetro de nuestro planeta.
Son los datos que se han obtenido gracias a Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO) de la ESA/NASA. Y no constituyen solamente una curiosidad (anda, la Luna orbita atravesando nuestra atmósfera), sino que esto resulta de especial interés cuando buscamos planetas con posibles depósitos de agua más allá de nuestro Sistema Solar.
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