Estudiando una serie de características atmosféricas de Neptuno, un grupo de investigadores del Laboratorio Planetario y Lunar de la Universidad de Arizona han determinado de forma preciosa la rotación de este planeta. Una hazaña que no había sido lograda en ningún otro planeta de nuestro sistema solar a excepción de Jupiter.
Un día en Neptuno dura exactamente 15 horas, 57 minutos y 59 segundos, de acuerdo al investigador Erich Karkoschka. Este resultado es uno de los mejores avances en la determinación del periodo rotacional desde que el italiano Giovanni Cassini hiciera las primeras observaciones sobre Jupiter hace 350 años.
Tal y como comenta Karkoschka:
El periodo rotacional de un planeta es una de sus propiedades fundamentales. Neptuno tiene dos características que se pueden observar con el Telescopio Espacial Hubble por lo que podemos seguir la rotación del planeta. Nada similar se ha visto anteriormente en ninguno de los 4 planetas gigantes.
Este descubrimiento se ha publicado en la revista Icarus, la publicación científica oficial de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana.
A diferencia de los planetas rocosos (Mercurio, Venus, la Tierra y Marte), que se comportan como bolas sólidas girando sobre sí mismas de forma sencilla, los planetas de gas (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) rotan como grandes gotas de líquido. Al pensar que están compuestos principalmente de hielo y gas, alrededor de una relativo pequeño núcleo sólido, su rotación conlleva una serie de dificultades que impide a los astrónomos calcular con precisión su velocidad de giro.
“Si observaras la Tierra desde el espacio, verías montañas y otra serie de características que te ayudarían a calcular su rotación. Sin embargo, si sólo vieras nubes, no serías capaz de calcularla, ya que el viento cambia constantemente”, explica Karkoschka. “Si observas este tipo de planetas, lo único que aprecias es una atmósfera llena de nubes”.
En 1950, cuando los astrónomos construyeron el primer telescopio de radio, descubrieron que Jupiter transmitía una serie de pulsos magnéticos. Estas señales provienen de un campo magnético generado por la rotación del nucleo interno. Sin embargo, no se ha obtenido ninguna pista sobre la rotación de otros planetas de gas ya que las señales de radio que podrían emitir han quedado barridas por el viento solar y nunca han podido alcanzar la Tierra. La única forma de medir esas ondas de radio es enviando sondas a dichos planetas. Cuando la Voyager 1 y 2 pasaron por Saturno localizaron una serie de señales y la cronometraron en 10.66 horas. Es por esto por lo que creemos conocer la rotación de Saturno, Urano y Neptuno.
Vía | University of Arizona
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