Estos últimos meses hemos estado escuchando mucho sobre el cometa ISON, ¿pero por qué tanta expectación? ¿qué tiene este cometa que no tenga el resto?
Según muchos astrónomos, dicho cuerpo celeste, se puede convertir en uno de los acontecimientos estelares más grandes de este siglo. Y parte de esta grandeza se encuentra en la propia historia del cometa, más concretamente en lo que puede convertirse en su fin.
Ya me imagino, como si de una superproducción cinematográfica se tratase, el "pequeño" cometa enfrentándose a su destino: puede obtener la gloria absoluta e iluminar de manera asombrosa nuestro cielo o ser derrotado y desaparecer por siempre jamás.
Aunque su nombre oficial es C/2012 S1, es más conocido por todos como ISON. Se piensa que procede de la nube de Oort, un cinturón de cometas situado en el borde del Sistema Solar, casi a un año luz del Sol, donde estuvo dando vueltas miles de millones de años.
El descubrimiento se produjo el 21 de septiembre de 2012 por dos astrónomos rusos del proyecto International Scientific Optical Network , Vitali Nevski y Artyom Novichonok. En ese mismo momento, el cometa se encontraba a 6.29 Unidades Astronómicas del Sol (unos 943 millones de kilómetros), entre las órbitas de Júpiter y Saturno.
El pasado 13 de noviembre tuvo un incremento de actividad y brillo, pudiendo ser observado a simple vista justo al amanecer en dirección sureste, muy cerca del planeta Mercurio.
A día de hoy, ISON sigue su trayectoria hacia el Sol. Pero no será hasta el próximo jueves, 28 de noviembre, cuando llegue a su perihelio o máximo acercamiento al "Astro Rey". Pasará a tan solo 0.012 UA (1.800.000 km) del centro solar, a una velocidad de 1,4 millones de km por hora. Y es en este punto donde se encuentra la gran duda: ¿qué pasará con el cometa ISON?
El destino que le espera es bastante incierto, puede tomar tres caminos diferentes, según afirma Matthew Knight, del Observatorio Lowell de Arizona, Estados Unidos, quien ha ido observando al cometa durante este último año:
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Desintegración: podría acabar hecho migas. La gravedad del astro atrae un lado del núcleo del cometa más que otro y lo divide. ¿Puede pasar en este caso? Depende del tamaño. Cuanto más pequeño es el núcleo, más riesgo corre a ser destruido por el Sol. Los astrónomos estiman que el de ISON está justo en el límite.
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Pérdida de la cola, brillo y masa: podría comportarse como el cometa Encke, que ha orbitado alrededor del Sol unas 70 veces desde que fuera observado por primera vez en el siglo XVIII. Dicho cometa ya no tiene cola, ha perdido rápidamente su masa y se está apagando. Los científicos creen que en unos 40 años pasará a ser un simple asteroide. Aunque Ison se acercara al Sol una única vez, Knight opina que puede sufrir el mismo destino.
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Supervivencia: existe un tercer (y esperado) final para este cometa, que tenga el mismo destino que el cometa Ikeya Seki en 1965. Cuando éste atravesó la corona solar, el calor incendió los gases en su núcleo profundo y unos días después emergió de la capa externa del Sol con una inmensa cola detrás. Millones de personas observaron sorprendidas el gran espectáculo.
Próximamente conoceremos el destino de este cuerpo celeste. Si sobrevive a su paso cerca del Sol, el cometa volverá para iluminar nuestros cielos a principios de diciembre, dejándonos increíbles instantáneas. En caso contrario, la gloria más grande habrá sido ser el protagonista de mi post número mil.
Vía | EarthSky
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