Propio de argumentos de película de ciencia ficción palomitera, ¿la Tierra dejara algún día de orbitar? Y en caso de que sea así, ¿cuándo ocurrirá?
Lo cierto es que la Tierra se ralentiza a causa de la fricción de las mareas que ejercen sobre los océanos el Sol y la Luna. El efecto es minúsculo: un día dura ahora apenas 0,0017 segundos más que hace un siglo, algo insignificante a escala humana.
Cuando los dinosaurios se paseaban por el mundo, por ejemplo, la Tierra orbitaba mucho más rápido que ahora. Tanto que un día era una media hora más corto. Los estudios sobre los anillos de crecimiento de corales y moluscos también han demostrado que, hace 450 millones de años, el día sólo tenía 22 horas.
Pero no hay que preocuparse. No os levantaréis una mañana con la perspectiva de que el día durará 30, 40 o hasta un mes entero (con todo lo que ello supone, entre otras cosas una jornada laboral maratoniana). Al ritmo actual, la Tierra tardará aún miles de millones de años en detenerse. Cuando llegue ese momento, los humanos ya estaremos probablemente en otro lugar mejor.
Pero esto sólo es en teoría. El ritmo de la orbitación podría cambiar de manera imprevista. A medida que la Tierra orbita más lentamente, pierde momento angular respecto a la Luna, que se aleja un poco más orbitalmente.
El aumento pronosticado es muy pequeño, pero se ha detectado mediante el reflejo de haces de luz láser sobre el equipo colocado en la Luna por los astronautas del Apolo; éste revela que la Luna se aleja de nosotros a unos 3,8 centímetros anuales.
Vía | ¿Por qué la araña no se queda pegada a la tela? de Robert Matthews
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