Hace unos años, entre los restos de un naufragio en la isla griega de Anticitera, entre Citera y Creta, se descubrió un dispositivo muy peculiar. Se conoce como el Mecanismo de Anticitera y desde su descubrimiento ha despertado un gran interés en la comunidad científica.
Se cree que data del siglo I a. C. y este mecanismo consiste en un complejo sistema de 32 ruedas y placas con inscripciones relativas a los signos del zodíaco y a los meses. De acuerdo a los estudios realizados, se cree que funcionaba mediante engranajes diferenciales, un dato sorprendente ya que esta tecnología aparantemente surgió en el siglo XVI.
Se ha teorizado mucho sobre el posible funcionamiento de este dispositivo y sobre cuál era su finalidad. Algunos lo llaman el primer dispositivo de computación analógica, mientras que otros lo catalogan como el primer dispositivo de computación mecánica. En cualquier caso, está claro que el conocimiento de los griegos sobre astronomía en el siglo I a. C., es mucho mayor de lo que nosotros creíamos.
Tras numerosos estudios y utilizando técnicas de tomografía axial computerizada (comunmente conocida como TAC), se postula que este dispositivo fue construido para calcular la posición de los cuerpos celestes. El investigador Michael Wright, del Imperial College de Londres, consiguió construir en el 2006 lo que él cree que es una réplica exacta de este dispositivo.
Este mecanismo, tras ajustar de forma manual una fecha concreta, nos mostraría la posición del sol, la luna y los cinco planetas conocidos entonces. Esta proeza no se volvería a conseguir hasta el siglo XIV con la aparición de los relojes de precisión.
Además, algunos investigaciones recientes señalan que el dispositivo utiliza una serie de engranajes especiales para tener en cuenta la excentricidad de la órbita lunar y considerar esta trayectoria elíptica.
Hay que decir que en la década de los 70, el investigador Jacques Cousteau exploró nuevamente los restos del naufragio sin encontrar nada nuevo.
Vía | Wired
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