Las pizzas es uno de los alimentos más ubicuos de la cultura norteamericana (incluso las Tortugas Ninja la consideran la cúspide de la alimentación), pero irónicamente la primera persona que ha conseguido comer pizza en el espacio no fue un astronauta norteamericano, sino ruso.
Esta persona fue Yuri Usachov, en el año 2001. Tras casi un año de investigación, se envió una pizza a la Estación Espacial Internacional con algunas características especiales: llegó envasada al vacío y era lo suficientemente pequeña como para meterla en el horno de la Estación Espacial.
Pizza Hut
En 2001, Yuri Usachov recibió una pizza especialmente creada para él por parte de la cadena Pizza Hut, como parte de una estrategia publicitaria de varios millones de dólares. Medía 15 centímetros y estaba elaborada con salami, salsa de tomate y queso. Es importante resaltar que el salami tuvo que reemplazar al pepperoni por no haber pasado la prueba de los 60 días y se volvió mohoso.
La pizza no forma parte del menú espacial porque se enmohece a temperatura ambiente (en la Estación Espacial Internacional ni siquiera hay frigoríficos para la comida). Otro problema añadido son las migas de resultas de comerse una pizza, que pueden meterse en cualquier sito debido a la microgravedad. A pesar de ello, la ISS recibió los ingredientes recientemente para preparar unas pizzas.
Con todo, en 2016, el ejército de Estados Unidos loró preparar una pizza que se puede conservar a temperatura ambiente hasta tres años. Y el ingeniero Anjan Contractor consiguió una beca de la NASA por valor de unos 92.000 euros para desarrollar un prototipo de impresora que los astronautas pudieran usar en un futuro no muy lejano para crear sus propias pizzas en 3D.