El halo de la Vía Láctea, nuestra galaxia, ya está chocando con el de Andrómeda, nuestra gran vecina galáctica más cercana, según una investigación realizada con el telescopio espacial Hubble, que ha permitido a los científicos cartografiar la inmensa envoltura de gas, llamada halo, que rodea la galaxia Andrómeda.
Los hallazgos del equipo han sido publicados en la edición del 27 de agosto de The Astrophysical Journal.
El halo de M31
La galaxia de Andrómeda, también conocida como M31, es una espiral de hasta un billón de estrellas y comparable en tamaño a nuestra Vía Láctea. A una distancia de 2,5 millones de años luz, está tan cerca de nosotros que la galaxia aparece como una mancha de luz en forma de cigarro en lo alto del cielo.
Este es el estudio más completo de un halo que rodea una galaxia. Al parecer, la capa interna que se extiende hasta alrededor de medio millón de años luz es mucho más compleja y dinámica. A través de un programa llamado Proyecto AMIGA (Mapa de Absorción de Gas Ionizado en Andrómeda), el estudio examinó la luz de 43 cuásares, los núcleos brillantes muy distantes de galaxias activas alimentadas por agujeros negros, ubicados mucho más allá de Andrómeda. Concretamente, los investigadores utilizaron la capacidad única del Espectrógrafo de Orígenes Cósmicos (COS) de Hubble para estudiar la luz ultravioleta de los cuásares. Debido a que vivimos dentro de la Vía Láctea, los científicos no pueden interpretar fácilmente la firma del halo de nuestra propia galaxia.
Al mirar a través del halo a la luz de los quásares, el equipo observó cómo esta luz es absorbida por el halo de Andrómeda y cómo esa absorción cambia en diferentes regiones.
Este halo tenue y casi invisible de plasma difuso se extiende a 1,3 millones de años luz de la galaxia, aproximadamente a la mitad de nuestra Vía Láctea, y hasta 2 millones de años luz en algunas direcciones. Esto significa que el halo de Andrómeda ya está interactuando con el halo de nuestra propia galaxia.
Según explica Samantha Berek de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut:
Este depósito de gas contiene combustible para la formación de estrellas en el futuro dentro de la galaxia, así como salidas de eventos como supernovas. Está lleno de pistas sobre la evolución pasada y futura de la galaxia, y finalmente podemos estudiarlo en grande detalle en nuestro vecino galáctico más cercano.
Las dos galaxias están en curso de colisión y se fusionarán para formar una galaxia elíptica gigante a partir de unos 4.000 millones de años a partir de ahora.