Un azúcar crítico para la estructura del ADN surge cuando el hielo formado en los planetas, asteroides y meteoritos se somete a radiación ultravioleta.
Este hallazgo se suma a la evidencia de que las moléculas orgánicas pueden formarse en condiciones no biológicas y extiende el argumento de que las sustancias necesarias para que la vida surja en la Tierra pueden provenir originalmente del espacio exterior.
Panspermia
En un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications, investigadores del Centro de Investigación Ames de la NASA, en los Estados Unidos, sugiere la detección de 2-desoxirribosa, el componente de azúcar del ADN, y varios residuos producidos a partir de la irradiación ultravioleta de mezclas de hielo bajo condiciones astrofísicas estándar en laboratorio. También se analizaron meteoritos. Según explican los autores del estudio:
La presencia de derivados del azúcar en los meteoritos primitivos, junto con otros compuestos de interés biológico, como los aminoácidos, las nucleobases y los anfifilos, es consistente con un escenario en el que una fracción significativa del inventario de compuestos a partir de los cuales se iniciaron procesos biológicos en la Tierra primitiva pueden haber sido entregados a través de cometas, meteoritos y partículas de polvo interplanetarias (PDI).
Los últimos hallazgos, pues, añaden otra pieza al rompecabezas de cómo surgió la vida en la Tierra, y si ese evento fue único en el universo, o un resultado predecible, incluso inevitable.
Aunque los procesos terrestres también deben haber contribuido al surgimiento de la vida en nuestro planeta hace más de 3.800 millones de años, se cree que la formación de compuestos orgánicos complejos en entornos astrofísicos y el suministro de compuestos de importancia biológica a los planetas telúricos son eventos universales que pueden haber ocurrido en otras partes del Universo.
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