Después de un viaje de más de diez años, por fin llega el momento. Un momento histórico para la astronomía. Por primera vez, si todo sale bien, el 12 de noviembre de 2014 conseguiremos aterrizar un aparato sobre un cometa. Como si aterrizáramos en el planeta diminuto de El Principito.
Ese día, la nave Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) liberará el módulo Philae cuando se encuentre a 22,5 km del centro de la roca 67P/Churiumov Guerasimenko. A una velocidad de unos 18 cm por segundo, alcanzará su objetivo sobre las 16.30 horas. En total, siete horas de nervios hasta el aterrizaje.
Las señales que partan de Rosetta tardarán unos 28 minutos en llegar a la Tierra, así que cabe imaginar el grado de complicación que supone llevar a cabo una operación de precisión casi quirúrgica como ésta. Como señala Fred Jansen, jefe de misión de Rosetta, de la ESA:
Si cualquiera de estas decisiones resulta en una interrupción de la operación, entonces tendremos que abortar y revisar la secuencia de cara a un próximo intento, para asegurarnos de que el modulo orbital se encuentra en una posición segura para intentarlo de nuevo.
Durante el descenso de siete horas Philae sacará fotos y llevará a cabo experimentos científicos, tomando muestras del polvo, del gas y del entorno del plasma próximo al cometa. La primera tanda de experimentos científicos se iniciará alrededor de una hora después del aterrizaje y durará 64 horas, un límite basado en la vida de las baterías primarias de la sonda.
Después deberá dependerse de las recarga de las baterías gracias al Sol. Se cree que en marzo de 2015, cuando el cometa esté mucho más cerca del sol, la temperatura de Philae habrá subido demasiado y las observaciones científicas no podrán continuar. En la siguiente infografía tenéis plasmado los distintos momentos de la misión:
Fotos | ESA
Vía | Sinc
Ver 2 comentarios