Imaginemos la siguiente situación hipotética: alguien le da al interruptor de OFF del Sol y éste se apaga por completo. ¿Durante cuánto tiempo la Tierra quedaría caliente? ¿En qué momento haría frío de verdad? ¿Dónde podríamos mudarnos para intentar sobrevivir a las nuevas condiciones?
Pues en una simple semana, la temperatura global de la superficie de nuestro planeta descendería hasta los -17,8 ºC.
En un año, hasta los -129 ºC.
Gracias a que las capas superiores de los océanos se congelarían, las aguas profundas quedarían aisladas y no se congelarían por completo hasta transcurridos cientos de miles de años. Algún día, la Tierra alcanzaría una temperatura muy próxima al cero absoluto, estabilizándose a -240 ºC, tal y com explica Davis Stevenson, profesor de ciencia planetaria en el Instituto de Tecnología de California, en el libro ¿Sabías que…?:
A esta temperatura, el calor que desprendería el núcleo del planeta sería el mismo que la Tierra irradiaría al espacio.
Sin Sol no habría fotosíntesis, y la mayoría de las plantas moriría en unas semanas. Como también lo harían casi todos los organismos que viven en la corteza terrestre. Los árboles más grandes podrían sobrevivir varias décadas gracias a su lento metabolismo y a sus sustanciales reservas de azúcar.
Un buen lugar para que los seres humanos pudiera sobrevivir un poco más sería Islandia. Y es que Islandia es una gran fuente de energía geotérmica, una energía con la que podríamos calentar nuestros hábitats (hoy en día ya calienta el 87 % de los hogares). Según Eric Blackman, profesor de astronomía de la Universidad de Rochester, podríamos aprovechar el calor volcánico durante cientos de años.
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