Antaño los astrónomos pensaban que los océanos que se dislumbraban en la luna Titán del planeta Saturno estaban compuestos por alguna materia como el etano líquido, el hielo o incluso el agua. Todo lo contrario, están compuestos por arena, dunas y dunas de arena similares a las que hay en el Sáhara.
Ya hace más de tres siglos que se avistó por primera vez este satélite y desde entonces muchos científicos ven en esta luna un paralelismo relacionado con la formación de la Tierra. Esta luna es la segunda más grande del sistema solar y aunque está clasificado como luna, es más grande que algunos planetas como Plutón o Mercurio.
En los años 80 se sospechaba que podía tener atmósfera, más tarde se llegó a creer que podía albergar mares líquidos o lagunas de metano y si existía agua, ésta se hallaba congelada en algún lugar del planeta. El Voyager se aproximó pero se encontró con una atmósfera imposible de penetrar.
El siguiente paso ha sido el trabajo elaborado por la sonda Cassini para intentar arrojar un poco más de luz sobre esta gran luna.
Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) y que recientemente ha sido publicada en Science, nos muestra imágenes proporcionadas por la sonda Cassini, donde se han llegado a localizar dunas de hasta 150 metros de altura por unos cuantos cientos de kilómetros de largo discurriendo en paralelo por la superficie del planeta.
Se ha podido constatar al fin que las dunas de Titán son de arena y partiendo de este dato, si hubo agua en Titán fue hace mucho tiempo, ya que el agua actúa a modo de imán atrapando las partículas de arena y evitando que se formen dunas. Por tanto, si hay agua es en poca cantidad y congelada.
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