Titán, el satélite más grande de Saturno, es el único mundo además de la Tierra que posee líquido en su superficie. Sus mares, constituidos por metano en vez de agua, han inquietado a la comunidad científica durante mucho tiempo, ya que muchos opinan que podrían albergar vida.
Además del metano de su superficie, la sonda Cassini descubrió que parte de la superficie de Titán se había desplazado de su posición unos 30 kilómetros, sugiriendo que debajo de la superficie existiese líquido. Ahora, los nuevos datos obtenidos por Cassini sugieren que el líquido que se encuentra debajo de la superficie pueda ser agua.
La órbita de Titán es muy parecida a la de nuestra luna (además, se comporta de la misma forma al mostrar siempre la misma cara hacia el planeta). Sin embargo, en las últimas mediciones sobre su eje de rotación demuestran que se ha curvado unos 0.3 grados. Esta inclinación es muy alta, teniendo en cuenta la estimación del momento de inercia de Titán o su resistencia a los cambios en su rotación.
Una explicación plausible para estos hallazgos es que Titán es un cuerpo sólido con una mayor densidad en su superficie que en su interior. Sin embargo, como asegura la investigadora Rose-Marie Baland, del Royal Observatory of Belgium, esto está en contradicción con todo lo que se conoce sobre la formación de planetas y satélites.
Otros científicos apuntan a que Titán no es totalmente sólido, sino que contiene una capa de hielo recubriendo un oceano de agua líquida, un manto helado y un núcleo rocoso.
Sin embargo, existe otra corriente de pensamiento entre la comunidad científica que asegura que los cambios en su inclinación y rotación se deben a una perturbación reciente causada por la colisión de un cometa o un asteroide. Eliminando así toda posibilidad de un océano de agua en su interior.
Nuestro análisis refuerzan la posibilidad de que Titán posea un océano bajo su superficie, pero no lo prueban a ciencia cierta. Todavía hay mucho trabajo que hacer.
Vía | NASA/JPL
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