No es como una discoteca, pero se le acerca. Es la Estación Espacial Internacional, un lugar fascinante, de ciencia ficción y, sin embargo, un lugar muy ruidoso. Situada en órbita alrededor de la Tierra, a una altitud de aproximadamente 360 kilómetros, un tipo de órbita terrestre baja, este lugar genera ruidos que oscilan entre los 55 y los 78 decibelios.
Es decir, el equivalente al volumen entre una conversación normal (no de debate televisivo) o el de una cortadora de césped.
El ruido lo generan los ventiladores que hacen circular el aire en la estación, aunque antes era peor: 10 decibelios más alto. Os puede parecer aceptable, pero tened en cuenta que este ruido se oye 24 horas al día. El problema del elevado ruido es tal que los astronautas se ven obligados hace tiempo a dormir con tapones para los oídos.
Ello ha provocado, según un artículo de la agencia de noticias rusa que existan casos de disminución de la capacidad auditiva de los astronautas. No hay pruebas de que lo avalen, pero la NASA sigue trabajando en reducir este ruido sempiterno.
Para ello se ha tratado de reducir el ruido con diversos sistemas de insonorización, como aislar la vibración de los ventiladores, instalar paneles acústicos en las paredes y silenciadores en las rejillas de ventilación. Se estima que pronto se alcanzarán niveles de entre 50 y 60 decibelios.
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