Ya hemos podido 'ver' por primera vez en un agujero negro

Ya hemos podido 'ver' por primera vez en un agujero negro
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Sagitario A tiene unos 20 millones de kilómetros de ancho (unas 30 veces más que el Sol), se encuentra a 26.000 años luz de distancia, y es extremadamente masivo: acumula 4 millones de masas solares.

Sagitario A es el agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de la Vía Láctea y ahora, por fin, ya hemos podido verlo por primera vez en la historia (o más atinadamente, hemos visto su horizonte de sucesos).

Mirando un agujero negro

Tras 20 años de preparativos, varias antenas receptoras han permitido concebir un instrumento virtual que recibe el nombre de Telescopio del Horizonte de Sucesos, gracias al cual hemos obtenido la imagen de Sagitario A.

Hasta ahora solo se han podido ver agujeros negros de forma indirecta, y nunca se ha alcanzado su superficie, el horizonte de sucesos, pues estos objetos son invisibles (son tan masivos que son capaces de atrapar la luz).

No sólo es esta la primera vez que esta misteriosa región alrededor de un agujero negro ha sido vista, sino que es también la prueba más evidente de la Teoría de Einstein de la Relatividad General. Concretamente, los científicos esperaban determinar si los agujeros negros están rodeados por una región circular de la cual la materia y la energía no pueden escapar (que predice la Relatividad General).

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Gracias a esta detección coordinada, se recogieron unos 500 terabytes de datos. Estos datos están ahora siendo transferidos al MIT Haystack Observatory en Massachusetts, donde serán procesados por supercomputadores y convertidos en una imagen, algo que todavía llevará unos meses de trabajo.

Los agujeros negros se crean cuando una estrella agota su combustible (que es ella misma, claro) y la materia restante, si queda suficiente, colapsa debido a su propia gravedad, convirtiéndose en una singularidad (un punto sin volumen y de densidad infinita).

Los agujeros negros no son completamente negros, en realidad se supone que deberían brillar débilmente, ya que estos emiten radiación. Esto fué descurbierto por Stephen Hawking quien en 1976, por eso se le atribuye el nombre de Radiación de Hawking.

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