Según ha concluido un estudio del Centro Médico de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y publicado en la revista Nature, nuestros huesos se pueden comunicar con nuestro cerebro, entre otros órganos.
Para lograrlo, los huesos producen hormonas, en concreto, tres hormonas óseas actúan como mensajeras, aunque no se descarta que haya más.
Hormonas óseas
Aunque todavía se sabe poco a propósito de la naturaleza de este tipo de comunicación, se supone que el cuerpo regula el azúcar, la energía y la grasa, entre otras cosas, gracias a ella.
De la lista de hormonas mensajeras de los huesos, osteocalcina, esclerostina y lipocalina 2, esta última llama particularmente la atención. Esta hormona secretada por las células óseas puede suprimir el apetito. Por ejemplo, si bien se creía que las células de grasa eran las responsables de la producción de lipocalina 2, o LCN2, se comprobó que los huesos producían hasta diez veces más de esta hormona que las células de grasa.
El estudio, cabe mencionarlo, no se ha realizado en humanos, sino en ratones. Pero, si bien nos queda mucho por saber, parece claro que el hueso es un órgano endocrino y produce hormonas que afectan al desarrollo del cerebro, el equilibrio de la glucosa, la función renal y la fertilidad masculina.
Imagen | Ozzy Delaney