A mediados del siglo XXI se espera que dispongamos de una biblioteca que contendrá toda la información evolutiva de muchos de los microorganismos, plantas y animales que habitan la Tierra. Es, al menos, lo que esperan conseguir los biólogos moleculares, una vez secuencien y cataloguen los genomas de miles de organismos vivos.
Sin embargo, toda esta información es tan inmensa que necesita de grandes bases de datos y solo se puede manipular informáticamente. Por ejemplo, solo el genoma humano ocupa el equivalente a 200 veces la guía telefónica de una gran ciudad, es decir, que tendría más de 3.000 millones de entradas.
Si aspiramos a imprimir toda la información sobre la diversidad humana, entonces la lista tendría un tamaño 10.000 veces superior al del genoma humano individual, tal y como explica Jeremy Rifkin en su libro La sociedad del coste marginal cero:
El mapeo y la secuenciación de estos genomas no es más que el principio. Entender y describir todas las relaciones entre genes, tejidos, órganos, organismos y entornos, así como las perturbaciones que activan mutaciones genéticas y respuestas fenotípicas, está tan po encima de cualquier sistema complejo modelado hasta ahora que esta tarea solo se podrá realizar con un enfoque interdisciplinario apoyado por las mejores mentes de la ciencia informática.
Bioinformática
La bioinformática es la aplicación de tecnología de computadores a la gestión y análisis de datos biológicos. Los principales esfuerzos de investigación en estos campos incluyen el alineamiento de secuencias, la predicción de genes, montaje del genoma, alineamiento estructural de proteínas, predicción de estructura de proteínas, predicción de la expresión génica, interacciones proteína-proteína, y modelado de la evolución.
Algunos personajes como Bill Gates están invirtiendo grandes cantidades de dinero para desarrollarla, y sus declaraciones al respecto son optimista:
Estamos en la era de la información, y es muy probable que la información biológica sea la más interesante que podemos descifrar para intentar cambiarla. No sabemos cuándo, pero lo acabaremos haciendo.
Estas inversiones también serán útiles para desarrollar entornos virtuales en los que modelar organismos, redes y ecosistemas biológicos complejos. Incluso se pueden ya crear moléculas sintéticas en el ordenador, evitando el proceso con frecuencia laborioso de sintetizar una molécula real en el laboratorio.
Los científicos piensan crear en el futuro toda clase de moléculas nuevas usando estas tecnologías informáticas. Los químicos ya están hablando del potencial que ofrecen para crear compuestos que puedan autorreproducirse, conducir impulsos eléctricos, detectar contaminantes, acabar con tumores, contrarrestar los efectos de la cocaína e incluso impedir el avance del SIDA.
Ver 1 comentarios