Si analizamos cuidadosamente el físico de un caballito de mar, con su hocico largo y tan elegantes, desde luego que, a primeras, no nos lo imaginamos como candidato a "cazador del año", ¿verdad?
Pues resulta que gracias al cuerpecito que tiene es todo un maestro del sigilo, lo que le convierte en un gran cazador. De acuerdo a un estudio publicado Nature Communications, su cabeza le aporta una extraordinaria hidrodinámica para moverse sin ser detectado.
En las pruebas de laboratorio, mediante el uso de vídeo holográfico 3D, encontraron que los caballitos de mar enanos (Hippocampus zosterae) tenían un 84 por ciento de éxito a la hora de cazar copépodos, una subclase de crustáceos maxilópodos de un tamaño muy pequeño.
Una vez que se encontraban a un milímetro de distancia, el porcentaje de éxito se incrementaba en un 94 por ciento.
El estudio, dirigido por Brad Gemmell de la Universidad de Texas, Austin, sugiere que estas ideas pueden tener aplicaciones en la industria, sobre todo cuando en los procesos de fabricación se necesiten microestructuras hidrodinámicas que puedan ser sumergidas en un líquido sin perturbarlo.
Os dejo el vídeo del estudio para que lo comprobéis vosotros mismos:
Vía | Universidad de Texas
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