Desde hace unos años se ha constadado en todo el mundo la desaparición y muerte de millones de abejas, con el consiguiente riesgo que ésto supone para la agricultura y la industria alimentaria humana: las abejas son grandes polinizadoras.
Una posible solución pasa por incrementar las bacterias intestinales de las abejas, según se desprende de un estudio de dirigido por Philipp Engel, de la Universidad de Lausana y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH Zürich), en Suiza, que ha sido publicado en PLOS Biology.
Escasez de abejas
En el estudio se midió el repertorio de compuestos químicos simples, el llamado metaboloma, de las tripas de las abejas. Después, compararon los metabolomas intestinales de las abejas colonizadas con cada especie bacteriana individualmente y en combinación.
Así es como se identificó lo que cada especie bacteriana contribuye a la digestión de las abejas y las diversas estrategias que las bacterias despliegan para coexistir en el intestino del animal. Según el autor principal de este trabajo, Philipp Engel:
Al contrario que la microbiota intestinal humana, el intestino de la abeja está compuesto de solo unas pocas especies bacterianas. Esto hace que sea factible analizar cada miembro por separado y determinar su contribución a los cambios globales de metabolitos en el intestino. El siguiente paso es entender cómo estas funciones afectan a la salud de la colonia para que algún día podamos aplicar nuestros hallazgos en los apiarios.