Hasta ahora se pensaba que caminar implicaba fundamentalmente la capacidad de sentir la posición de todo el cuerpo y alinearlo con la gravedad. Nuevas investigaciones están descubriendo la aportación del sistema vestibular a este proceso. Se trata de un órgano sensorial situado en nuestro oído interno que informa la cerebro de la orientación de nuestra cabeza.
Richard Fitzpatrick de la Universidad de Nueva Gales del Sur ha implantado, en voluntarios, pequeños electrodos que interferían con las señales enviadas por los canales semicirculares. Alterando esta señal se modificaba la percepción de estas personas sobre la posición de la cabeza obligándoles a desplazarla para intentar compensarlo.
Pero además consiguieron repetir un experimento anterior guiando el movimiento de los voluntarios a derecha e izquierda, esquivando obstáculos durante varios minutos, mientras se movían por un jardín. Estas personas intentaban avanzar en línea recta pero giraban su cuerpo en respuesta a las falsas señales proporcionadas por los pequeños electrodos que tenían implantados. Estos les inducían a creer que la cabeza se giraba a derecha e izquierda lo que provocaba que se desplazasen en esa dirección para compensarlo. Aparentemente, una única señal nerviosa es utilzada por el cerebro tanto para controlar la posición de la cabeza como nuestros movimientos al caminar.
Estos conocimientos pueden ser utilizados para crear nuevos métodos que permitan luchar contra sensaciones tan desagradables como los mareos de los viajes en barco o automóvil. Y en su versión más lúdica, podrían generarse falsas sensaciones que aumenten el nivel de realismo de los juegos de ordenador.
Vía | New Scientist Más información | Scientific American, Eurekalert