En Xataka Ciencia ya hemos hablado de las ventajas (que no justificaciones) evolutivas de que existan violaciones sexuales.
De hecho, entre el reino animal también se producen casos de "violaciones". Por ejemplo, hay patos que violan a otros patos. Quizá el término “violación” tiene una carga emocional que no puede halarse en el reino animal, pero no existe una palabra que describa una copulación forzada entre no humanos, de modo que se usa a pesar de todo. Así pues, decir “violación” en vez de “copulación forzada” no es relevante cuando hablamos de etología.
Pero cometer una violación es un crimen que debe ser perseguido, y la ciencia también busca estrategias para perseguir más fácilmente a los delincuentes sexuales ahora que muchos de ellos intentan evitar los restos de ADN en forma de semen; y los vellos púbicos dejadas por el atacante a veces no permiten disponer del suficiente ADN.
Para evitarlo, biólogos forenses de la Universidad de Murdoch en Perth (Australia) ha propuesto crear una huella digital microbiana para comparar las bacterias que están presentes en el vello púbico de la víctima y de los sospechosos.
Para avalar su propuesta, los investigadores demostraron su efectividad en un experimento publicado en la revista Investigative Genetics en el que solicitaron a siete personas (dos de ellas convivían juntos) que recogieran muestras de cuero cabelludo y de vello púbico durante cinco meses. El pelo del cuero cabelludo mostró que 50 variedades diferentes de microbios en los varones y 55 en las hembras se encuentran en esta parte del cuerpo, pero muchos de los microbios no eran específicos para el individuo portador de ellos. Las bacterias del vello púbico, sin embargo, resultaron ser más diferencias.
Además, tras analizar las muestras se descubrió que el paso del tiempo casi no había cambiado la composición de las bacterias. Y las bacterias de la pareja que compartía casa compartían similitud entre ellas. Según Silvana Tridico, líder del estudio:
lejos de ser concluyente, estos resultados son alentadores y muestran que puede ser posible diferenciar entre los individuos sobre la base de sus bacterias.
Un detalle llamativo y que podría ayudar aún más a la ciencia forense: la pareja se había duchado varias horas antes de guardar su vello en la bolsita. Esta permanencia de las bacterias podría ser clave en la identificación de un asaltante. El investigador Max Houck, del Consolidated Forensic Laboratory de Washington DC, también ha señalado:
Creo que este método tiene interesantes posibilidades para la ciencia forense; los vellos púbicos humanos podrían tener un uso potencialmente significativo en los casos en los que la víctima y el sujeto no han tenido contacto sexual previo.
Vía | Sciencemag
Ver 1 comentarios