Actualmente como mínimo cuatro veces más medusas en el Mediterráneo que en 2004, a causa principalmente del cambio climático, la contaminación y la sobrepesca. Su propagación es devastadora para las cadenas alimenticias marinas y los ecosistemas.
El atún y las tortugas, los depredadores naturales de las medusas están desapareciendo debido a la pesca ilegal, de modo que los humanos quizá deberíamos convertirnos en el depredador natural de las medusas. Deberíamos empezar a comerlas.
Silvio Greco está a favor de que comamos medusas. También la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). No en vano, las medusas son muy nutritivas: ricas en proteínas y colágeno, y bajas en calorías y libres de grasa. Tal y como explica Greco:
Las medusas me recuerdan a las ostras, cuando las comes experimentas una explosión del mar en tu lengua. Después de todo, son 90% de agua de mar.
Aunque en los países del Mediterráneo las vemos como una plaga, las medusas (al menos, algunas especies) son consideradas un manjar por la cocina oriental: China, Japón, Corea, Tailandia, India, Indonesia y Malasia son grandes consumidores de estos cnidarios, en guisos o en ensaladas. En el Mediterráneo, sólo la Cotylorhiza tuberculata puede comerse, pero debe pasar una serie de pruebas toxicológicas. Por algo se empieza.
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