A menudo se suele entender la selección natural como la perpetuación de los rasgos que son útiles para la supervivencia y la erradicación de los inútiles.
Pero las cosas no son tan sencillas. Hay rasgos que se perpetúan aunque no sean útiles del todo, simplemente porque ofrecen algo de servicio.
Cuestión de bacterias
Es lo que se denomina satisficing. Ahora, un nuevo estudio sugiere que quizá nuestro apéndice, juzgado generalmente como algo inútil en nuestro cuerpo, se habría perpetuado porque sí que brinda un pequeño servicio.
Heather E. Smith, de la Universidad de Midwestern, en Arizona, ha publicado un estudio en Comptes Rendus Palevol, donde sugiere que las especies con apéndice tienen más tejido linfoide en el intestino ciego, de donde nace el apéndice.
Este tejido podría estimular el desarrollo de bacterias beneficiosas. Por esa razón, quienes carecen de apéndice tendrían una tasa ligeramente superior de infecciones.