Nada menos que 20 centímetros es el tamaño de una nueva especie canario encontrada en la isla de Santo Tomé, frente a las costas africanas de Gabón y Nueva Guinea, convirtiéndose así en el canario más grande del mundo: no en vano, casi dobla al canario doméstico.
El pidogordo de Santo Tome (Crithagra concolor), además, posee un pico más grande en proporción a la cabeza que el resto de los canarios.
Un nuevo canario
Con plumas marrones con el pico gris oscuro, el pidogordo de Santo Tome se halla en peligro crítico de extinción, pues solo existe en la isla, siendo así una especie endémica.
Aunque se descubrió a finales del siglo XIX, no se volvió a ver ningún ejemplar sino hasta 1991, fecha desde la que se han hecho algunos avistamientos más. Es una especie forestal; se cree que se mueve sobre todo por entre las copas del bosque. Sus poblaciones están amenazadas por la deforestación para instalar plantaciones de cocos, y por la depredación por parte de especies introducidas, como ratas, civetas o comadrejas.
Los canarios eran usados muy a menudo en minas de carbón como un sistema temprano de alarma. Los gases tóxicos como el monóxido de carbono o el metano en la mina mataban antes al pájaro que a los mineros. Como suelen cantar la mayoría del tiempo, se convierten en una alarma tanto visual como sonora. El uso de los canarios en las minas británicas se eliminó progresivamente desde 1986.
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