En 2018, se encontró un pájaro congelado bien conservado en el suelo en el área de Belaya Gora, en el noreste de Siberia.
Su estado de conservación era tan extraordinario que se ha podido recuperar parte de su ADN, constatando que se trata de una alondra cornuda hembra que vivió hace 46.000 años.
Permafrost
Investigadores del Centro de Paleogenética, un nuevo centro de investigación en la Universidad de Estocolmo y el Museo Sueco de Historia Natural han sido los responsables de estudiar este ejemplar hallado en el permafrost siberiano: el permafrost es la capa de suelo permanentemente congelado (pero no permanentemente cubierto de hielo o nieve) de las regiones muy frías.
Según explica Nicolas Dussex, investigador del Departamento de Zoología de la Universidad de Estocolmo:
No solo podemos identificar al ave como una alondra cornuda. El análisis genético también sugiere que el ave pertenecía a una población que era un ancestro conjunto de dos subespecies de alondras cornudas que viven hoy, una en Siberia y otra en la estepa de Mongolia. Esto nos ayuda a comprender cómo evoluciona la diversidad de las subespecies.
El ave puede ser un ancestro de dos subespecies de alondras vivas hoy, una en el norte de Rusia y la otra en la estepa mongola. “Este hallazgo implica que los cambios climáticos que tuvieron lugar al final de la última Edad de Hielo condujeron a la formación de nuevas subespecies”, explicaron los investigadores.