Convertirse en vegetariano no evita la entrada de tóxicos en nuestro organismo. Ni siquiera si consumimos productos procedentes de la agricultura ecológica. Además de los productos incorporados por el hombre, la naturaleza puede añadir otros elementos como metales pesados presentes en el suelo y que son absorbidos por las plantas e incorporados a sus tejidos.
El equilibrio es delicado. Las plantas nos proporcionan muchos micronutrientes imprescindibles como hierro y zinc. Pero, en cantidades mayores, algunos metales como el cadmio que contamina grandes extensiones de terreno pueden ser muy dañinos. Y la presión demográfica esta haciendo que terrenos considerados marginales, inadecuados o simplemente contaminados sean cultivados para conseguir alimentos.
Mary Lou Guerinot del Dartmouth Collage ha analizado que pasos siguen las plantas para absorber los metales. El proceso utilizado para absorber el hierro también recoge el cadmio del suelo y cuando la concentración es alta puede convertir las plantas en tóxicas. Modificando las partes del código genético responsables de este proceso ha logrado eliminar la absorción de cadmio y duplicar la de hierro.
Este es el primer paso, ya que continúan las investigaciones para analizar tanto la cantidad de metal en las plantas como su distribución en los distintos órganos de las mismas. Se espera conseguir plantas manipuladas genéticamente que sean más seguras y nutritivas para los humanos. Algo positivo aunque espero, como siempre, que se realice con las precauciones adecuadas.
Vía | Eurekalert
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