Investigadores del CSIC han elaborado un estudio en el que se muestra la posible evolución de las tráqueas de los insectos y las branquias de los crustáceos de un mismo origen. Para ello estudiaron la genética de la mosca drosophila, espécimen que se suele utilizar en los estudios evolutivos.
Estudiando las células de las traqueas y las patas de esta mosca, los investigadores llegaron a la conclusión de que podría existir un gen común en las branquias de los crustáceos y las tráqueas de los insectos. Al parecer traquea y branquias surgen de un común denominador celular y dependiendo de la señal de un gen llamado wingless, las células resultantes se convierten en células traqueales o células branquiales.
Ambas especies, insectos y crustáceos deben su similitud a la expresión en los mismos genes de las branquias y traqueas. Estos genes, que inducen la diferenciación de las células traqueales son genes homólogos a los que se expresan específicamente en las células branquiales en crustáceos.
Este descubrimiento es importante ya que reafirma mucho más el origen acuático de la vida y según Jordi Casanova, director de la investigación, “uno de los misterios que se ha mantenido durante largo tiempo es precisamente el origen del sistema traqueal".
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