En el siglo XV, Leonardo da Vinci era el primero en darse cuenta de que existía una extraña atracción de las plantas hacia el Sol, pero no fue el último. Cómo sucede y por qué ocurre, sin embargo, siguió siendo un misterio para todos aquellos que le sucedieron, hasta ahora.
Un equipo de investigadores europeos han dado un paso más para resolver este misterio: la respuesta se encuentra en la Auxina (una hormona vegetal).
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Nature.
Si bien la cuestión de por qué las plantas siempre parecen girar hacia la luz o tener “la mirada al frente” en vez de hacia abajo parece bastante simple, la respuesta no lo es.
La nueva investigación, llevada a cabo por científicos del Departamento de Plant Systems Biology de la Vrije Universiteit Brussel (VIB) y de la Universidad de Gante (ambas en Bélgica), muestra un vínculo nuevo e importante en la transmisión de la Auxina a través de la planta.
Los investigadores también han identificado el almacenamiento de la misma en sitios específicos.
El equipo determinó que el transporte de Auxina a través de la planta juega un papel vital a la vez que complejo. La Auxina se produce inicialmente en el crecimiento de la planta antes de ser enviada a otras partes donde se necesite, incluyendo el tallo, para que la planta absorba mejor los rayos del Sol de manera eficiente.
Lo que ocurre entonces es que la concentración de Auxina será mayor en la parte inferior del tallo que en la parte superior, dando un crecimiento rápido en la parte inferior y enderezando el vástago.
Mediante la regulación del transporte de la Auxina, las plantas son capaces de sacar el máximo beneficio en condiciones normales o variables.
Según los investigadores, sus hallazgos tendrán impacto de gran envergadura y beneficio a científicos y agricultores.
El aumento de nuestro conocimiento de la auxina puede dar a los agricultores los medios para cultivar de manera más eficiente. Por ejemplo, el aumento de los niveles de Auxina en el momento justo y en el lugar correcto se traduciría en un mejor crecimiento y mayores rendimientos
Dice el equipo.
Además de conseguir el apoyo del VIB y la Universidad de Gante, esta investigación ha sido financiada conjuntamente por el Fondo de Viena sobre Ciencia y Tecnología (WWTF) de Austria, la Agencia para la Innovación en Ciencia y Tecnología (TVN) de Bélgica, el programa Ulises para la Investigación de la Fundación Flandes en Bélgica, el Gobierno de Suiza, y el Ministerio de Educación, Juventud y Deportes de la República Checa.
Vía | Physorg
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