Tras un análisis acústico se ha descubierto que los babuinos, un primate de tamaño medio a grande, de hábitos terrestres que rara vez sube a los árboles, hacen cinco sonidos similares a las vocales.
Para realizar este hallazgo, Louis-Jean Boë y sus colegas de la Universidad de Grenoble Alpes, en Francia, tuvieron que analizar acústicamente gruñidos, rugidos, llamadas de cópula y conversaciones de babuinos. En total, se analizaron 1.335 vocalizaciones espontáneas producidas por 15 babuinos machos y femeninos en diferentes contextos sociales
El misterio del habla
Si alguna vez habéis considerado injusto o un error de la evolución que nos atragantemos con tanta facilidad al beber un vaso de agua o que no podamos respirar y beber a la vez, quizá ignoréis que ello es el tributo que todos hemos pagado para tener el don del habla.
Si viéramos la radiografía de la parte inferior del cráneo de un niño, la mandíbula y el cuello, observaríamos un hueso en forma de pequeña "U". Es el hioides, que flota en la garganta y sirve como áncora para los músculos que conectan la mandíbula, la laringe y la lengua. Al crecer el bebé, la laringe se desplaza hacia abajo de la garganta, y con ella también lo hace el hueso hioides.
El camino entre los labios y la faringe se convierte entonces en un ángulo recto en lugar de ser una curva suave. Este reposicionamiento de la laringe le permitirá que disponga de un gama vocal mucho mayor.
Por tanto, una idea predominante sobre el origen del habla es que se requiere que la laringe humana baja sea capaz de producir conjuntos de vocales distintas y que la laringe alta de los primates no humanos les impide producir las vocales presentes en las lenguas humanas. Por lo tanto, los científicos creen que el lenguaje se originó relativamente recientemente, en los últimos entre 70.000 y 100.000 años.
Pero lo que lo que sugiere el estudio de Louis-Jean Boë, que ha sido publicado en Plos One, es que estos monos también utilizan movimientos de la lengua para formar cada uno de los sonidos parecidos a vocales.
Los babuinos no pueden hablar, no pueden producir vocales en un sentido estricto, pero son capaces de producir un sistema de vocalizaciones con sonidos parecidos a las vocales.
En conjunto, estos hallazgos sugieren que el lenguaje hablado en las personas puede haber evolucionado a partir de las capacidades articulatorias que ya poseía nuestro último antepasado común con los babuinos, lo cual se estima que fue hace unos 25 millones de años.